Biutiful (2010)

Alejandro González Iñárritu, el mismo director de películas reconocidas como Amores Perros (2000) y Babel (2006), nos regala esta vez una producción que seguramente recibirá (sumados a los que ya recibió) muchos reconocimientos a nivel argumental, técnico, actoral y por supuesto, a nivel de dirección. Es decir, Biutiful (2010) es digna de recibir aplausos por parte de cualquier público.
La línea argumental de este largometraje se podría resumir en una palabra: tragedia. La suma de desgracias que sufre el personaje principal, Uxbal (perfectamente interpretado por Javier Bardem), junto con todos los que le rodean -como su familia, una familia senegalesa y un grupo de chinos trabajando al margen de la ley para sobrevivir- es puesta en escena a través de una realización que evita maquillar o suavizar la realidad.
Esa descripción, sin tapujos, de lo que debe lidiar Uxbal con sus dos hijos, sus negocios, su enfermedad y una mujer, madre de sus hijos, como “Marambra” (brillante actuación de Maricel Álvarez) –la cual también posee muchos problemas personales-, es llevada a cabo mediante impecables primeros planos, que la cámara por sí sola, junto con un reparto de lujo, le dan credibilidad a la propia narración cinematográfica. Cada escena donde existe conflicto en Biutiful se sostiene por la enorme calidad de su reparto, sin necesidad de recurrir a un soundtrack con tonadas melodramáticas que induzcan al llanto o asombro en el público. La música de Gustavo Santaolalla, en su mayoría, funciona de transición entre escenas, no de catalizador (casi a la fuerza) de emociones espontáneas.
Y es que no sólo el brillante manejo de cámaras, con sus planos asimétricos y el uso dado a la luz, colores, espejos y demás que ocasionan simbolismos contrastantes, logran que la historia cale en el público; sino que el guión (escrito por el mismo González Iñárritu, con la colaboración de Armando Bo y Nicolás Giacobone) es perfectamente denso inclusive en sus diálogos. Es decir, no tenemos frases cliché, tenemos oraciones completas que por sí solas generan también crítica.
En este filme González Iñárritu construye su relato de manera precisa sin dejar de lado el esmero en el detalle. Por ende, si Biutiful (2010) tiene la intención de exhibir de una manera hermosa el infortunio del ser humano, sin duda lo logra. Con ella tenemos crítica social descarnada, sin exageraciones o aspavientos. Y conmigo tiene un 9 porque lo del director mexicano es una cátedra del cine dramático.
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