Sucker Punch (2011)

Si vas a ver algo dirigido,  y también escrito, por el mismo director de producciones como 300 (2006) y Watchmen (2009), ya sabés que verás una película de alto nivel estético. Precisamente eso es lo que tenemos con Sucker Punch (2011) de Zack Snyder. “Mundo Surreal” (para Latinoamérica) es un viaje fantástico para el espectador gracias al uso constante de pantallas verdes y/o azules, acompañadas de efectos visuales digitales de vanguardia.

El relato inicia con una introducción en cámara lenta, sin diálogos entre los protagonistas, acompañada por una narración y musicalización conveniente. Las imágenes son más que elocuentes y descriptivas. El manejo de cámaras, como se ve en el resto del largometraje, se preocupa por los detalles a través de diversos planos, los cuales le dicen al espectador: ¡preste mucha atención!  El soundtrack está bien escogido porque no es sólo un complemento en la producción, sino que sugestiona, nos orienta a través de las diversas emociones y contrastes por los cuales el director nos quiere llevar.

Sin embargo, en su aspiración de mostrar profundidad en su argumento se queda sin aliento. Gran parte de esto es debido a la poca calidad existente en su reparto. Entre las estelares Emily Browning (Baby Doll), Abbie Cornish (Sweet Pea), Jena Malone (Rocket), Vanessa Hudgens (Blondie) y Jamie Chung (Amber), podríamos rescatar la solvencia de Cornish –su papel de “la mayor”, “la madura”, no requiere de mucho esfuerzo- y de Browning, que de igual manera lo pudo haber hecho aún mejor.

En esta historia de escape fantasioso (no diré más, porque la idea no es ‘contar la película’) tenemos heroínas súper ágiles que nunca se despeinan, no se les corre el maquillaje, ni tampoco se ensucian. Se ven sexys mientras pelean, pero sus contrarios parecen sacados de un videojuego en modo “fácil”, dado que no les ofrecen mucha resistencia.

La idea general podría pecar de pretenciosa con la interrelación de historias que exponen una crítica social camuflada con belicismo. Los inicios del desenlace los apreciamos con un giro clásico de una aventura co-protagonizada. Desde ahí tenemos un efecto dominó. El filme se convierte en una lucha por lograr, a como dé lugar, la meta ambiciosa que se plantearon las protagonistas a partir del inicio. Al frente tienen un villano sanguinario y cruel, bien interpretado por el actor Oscar Isaac, que busca ponérselas difícil. No obstante al puro final éste ya no es el obstáculo en el cuento; lo es una decisión que se resuelve con un elemento propio de este tipo de peripecias: el sacrificio.

Con Sucker Punch, Snyder nos regala un entorno muy bien diseñado, con una excelente escogencia musical, y un ágil manejo de cámaras. Tenemos un escenario decorado con esmero; pero los intérpretes no están a su altura. Su drama busca ser duro, crudo;  de ésos que cuando finalmente aparecen los créditos te quedás reflexionando sobre la experiencia emocional que acabás de tener. Sin embargo, se queda en eso; en el intento.

Sucker Punch (2011) es entretenida, visualmente muy atractiva, y con una música que te va a inyectar. Su guión quiso ser ambicioso, mas por su miedo de aparentar ser presumida, terminó dándonos una trama medrosa sobre el maltrato social, la crítica al sexismo y los alcances de la mente en su búsqueda por un escape de esa realidad. Zach Snyder puede dar más. Por ésta tiene un 7.5. 

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